FILOSOFIA DE LA CONQUISTA : CRISTIANOS E INFIELES
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“ Palacios Rubios redacto asimismo un “requerimiento” que los conquistadores españoles debían leer a los indios del Nuevo Mundo. En él comenzaba por explicar sumariamente la doctrina cristiana , a fin de que los infieles supieran quien era Cristo, quien el Papa y que derecho tenían los cristianos para exigirles la sujeción a su poder . El último párrafo revela el sentido coactivo de esta demanda: cuando ya se ha dicho a los indios que todos los hombres son prójimos y descienden de Adán, se les pide que reconozcan a la Iglesia y al Papa, y al Rey y a la Reina como superiores de estas tierras por donación papal. Si quieren someterse, se les recibirá con todo amor y caridad , se les dejarán sus mujeres, hijos y haciendas libres, y no se les compelerá a que se tornen cristianos, salvo si informados de la verdad desean convertirse, y el rey les hará muchas mercedes; si se niegan a obedecer, el capitán, con la ayuda de Dios, les hará la guerra, y tomará sus personas y las de sus mujeres e hijos, y los hará esclavos y como tales los venderá.
No se obliga a los infieles a que sean cristianos , según se puntualiza en el texto, pues la conversión ha de ser voluntaria; pero sí se les reclama la sujeción a la autoridad de Roma, delegada en los españoles, estimándose que la Iglesia goza en este caso de una potestad de orden temporal. Las consecuencias que se derivan de la negativa de los infieles caen dentro de la idea que en esa época se tiene de la guerra justa, siendo la esclavitud un resultado de ella. Lo que procura es justificar la causa del procedimiento bélico. Ya se ha visto que todo depende, en último término, de la amplitud que se concede al derecho de jurisdicción de la Cristiandad sobre el mundo infiel.
El requerimiento se usó en las conquistas del Darien (Colombia), México, Perú, etc.
Surgieron dificultades en la práctica, ya por la natural incomprensión de los indios a causa de la diferencia de las lenguas y de civilización con respecto a las de los europeos, ya por la falta de escrúpulo de los soldados encargados de aplicarlas cláusulas del complicado texto.
En alguna crónica de la época como la del Bachiller Enciso, impresa en 1519, se relata que ciertos caciques de Castilla del Oro fueron requeridos de la manera expuesta antes, y contestaron: que en lo que se les decía acerca de que no había sino un Dios, que gobernaba el cielo y la tierra, que así debía ser; pero que el Papa daba lo que no era suyo, y que el rey que lo pedía y lo tomaba debía ser un loco, pues exigía lo que era de otros; que fuese el capitán a tomarlo y le pondrían la cabeza en un palo, como tenían otras de sus enemigos, que le mostraron.
Ante esta respuesta, e conquistador les tomo el pueblo por la fuerza.
En otro caso el cronista Fernández de Oviedo narra que el gobernador Pedrarias Dávila le dio el requerimiento, como si entendiese a los indios para leérselos, o hubiera allí persona que se los diese a entender, queriéndolo ellos oír, pues mostrarles el papel en que estaba escrito poco hacía al caso. En presencia de todos los soldados, Oviedo dijo a Pedrarias: “Señor, paréceme que estos indios no quieren escuchar la teología de este requerimiento, ni vos tenéis quien se las de a entender. Mande vuestra merced guardarle hasta que tengamos algunos de estos indios en la jaula para que despacio aprendan, y el señor obispo se los dé a entender”. Y le devolvió el requerimiento en medio de risa general”.
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